Los pacientes con enfermedad pulmonar crónica y avanzada pueden tener bajos niveles de oxígeno en
su sangre por la falta de una función adecuada de sus pulmones que se han ido “estropeando” por el
efecto de la enfermedad. A esta situación los médicos la llaman “insuficiencia respiratoria”.
Las enfermedades más importantes en los adultos que pueden llevar a esta situación son la
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la fibrosis pulmonar (FP).
En estas situaciones el médico recomienda al paciente el tratamiento más adecuado de su
enfermedad de base, como, por ejemplo, en el caso de la EPOC, dejar de fumar, aerosoles
broncodilatadores, antibióticos o corticoides en agudizaciones, etc., pero cuando la situación ha
llegado a producir falta de oxígeno en el organismo, es decir, insuficiencia respiratoria, hay que
añadir al tratamiento anterior el aporte de oxígeno necesario para corregir el déficit de oxígeno.
Es la llamada OXIGENOTERAPIA.
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La insuficiencia respiratoria no es lo mismo que la dificultad que puede sentir el paciente para
respirar y que llamamos disnea. Se puede tener disnea y no requerir tratamiento con oxígeno. La
oxigenoterapia no va a aliviar la disnea sino la falta de oxígeno en el organismo y sus
consecuencias.
Esta guía proporciona información sobre cuándo y cómo utilizar oxígeno complementario, los
dispositivos de suministro según sus necesidades, el mantenimiento y normas de seguridad en su
manejo.
Ante cualquier duda, consulte al personal de enfermería o a su neumólogo.
¿Qué es el oxígeno?
El oxígeno es un gas sin olor ni color que está en la atmósfera que nos rodea y es el aire que
respiramos. Este aire contiene un 21% de oxígeno y el resto es principalmente nitrógeno
¿Qué es la EPOC?
Es una enfermedad fundamentalmente asociada al tabaco que se caracteriza por la dificultad del paso
del aire por los bronquios y que provoca habitualmente ahogo al andar o al aumentar la actividad
física (es lo que llamamos disnea), que va a más con los años, junto con tos y expectoración. Puede
tener agudizaciones e incluye enfermedades como la bronquitis crónica o el enfisema pulmonar.
¿Qué es la fibrosis pulmonar?
Es una enfermedad crónica y progresiva, limitada al pulmón, sin causa conocida, que produce una
cicatrización o fibrosis progresiva que va reemplazando al pulmón sano y que hace que el paciente
note dificultad respiratoria ante esfuerzos cada vez más pequeños y que presente falta de oxígeno
en su sangre.
¿Qué es la insuficiencia respiratoria?
Es la incapacidad del aparato respiratorio para cumplir su función, es decir, llevar el oxígeno del
aire hasta la sangre, para que el organismo tenga suficiente oxígeno para funcionar adecuadamente y
retirar de la sangre el carbónico producido.
Si falta oxígeno, el paciente puede notar una dificultad respiratoria, especialmente al realizar
esfuerzos, aparición de color azulado en los labios y uñas, dificultad de concentración, etc.
¿Qué es la oxigenoterapia?
La oxigenoterapia es una modalidad terapéutica mediante la cual podemos aumentar la cantidad de
oxígeno que usted respira, consiguiendo así aumentar también el oxígeno que reciben sus órganos
vitales (cerebro, corazón…).
Puede recomendarse de forma continua, durante la realización de ejercicio, para el alivio de la
disnea aguda (sensación de falta de aire) y/o durante el sueño.
La utilización del oxígeno prescrito le proporciona energía para realizar sus actividades y le
posibilita disfrutar de una mayor calidad de vida.
¿Cómo sé si necesito oxigenoterapia?
Los seres vivos necesitan el oxígeno para mantener las funciones vitales. Este oxígeno se obtiene
del aire, donde hay un 21%. Esta cantidad es suficiente para las personas con pulmones sanos y para
muchas con enfermedades pulmonares. Pero algunos pacientes tienen los pulmones tan afectados que no
pueden alcanzar un nivel de oxígeno suficiente en sangre si lo toman sólo del aire que respiran.
Consulte a su especialista si se fatiga cuando realiza esfuerzos, aunque sean pequeños, y si sus
uñas o labios adquieren un tono azulado.
¿Quién necesita oxígeno adicional?
Cuando el médico atiende a un paciente respiratorio le pregunta por sus síntomas, realiza una
exploración o reconocimiento donde se fija en su respiración, ausculta los pulmones, ve la
coloración de sus labios y sus uñas y si sospecha falta de oxígeno le hace una pulsioximetría,
que consiste en medir con una aparato pequeño en el dedo, mediante una luz roja, la cantidad de
oxígeno en sangre o saturación.
Con todos estos datos el médico se planteará si puede mejorarlo con oxigenotera-pia. Para
confirmar esto es imprescindible la realización de una medición exacta del oxígeno en sangre con
una gasometría arterial mediante un pinchazo en la arteria de la muñeca. Si la cantidad de oxígeno es menor de 55-60 mmHg puede indicarle la oxigenoterapia.
¿Cómo se administra el oxígeno y qué dosis necesito?
El médico que le prescribe oxigenoterapia le indicará la cantidad necesaria que se mide en litros
por minuto (L/m) y el tiempo que debe usarlo, explicándole las razones para ello y los beneficios
que se esperan obtener.
Para unos pacientes puede ser necesario el uso durante las 24 h del día, pero para otros es
suficiente con 16 horas al día, o en relación con la actividad física o durante el sueño.
Las dosis más habituales son de 1 hasta 3 L/m, indicándole su médico la dosis conveniente para
usted y en qué circunstancias. Por ejemplo, le puede indicar 1,5 L/m, pero subir a 2 o 3 litros
para la realización de actividad física o durante el sueño o en relación con otros tratamientos
respiratorios como las máscaras de presión positiva para la apnea del sueño (CPAP) o para
insuficiencia respiratoria con retención de carbónico (ventilación mecánica no invasiva o BiPAP).
¿Puedo yo mismo aumentar los litros por minuto de oxígeno si me encuentro peor?
Puede aumentar el número de horas de uso sin problema, pero no debe aumentar el flujo de oxígeno si
no se lo ha indicado su médico. Esto es así porque si se encuentra peor o necesita más oxígeno
puede tratarse de una agudización de su enfermedad por lo que debe consultar con su médico para ver
la causa y qué tratamiento adicional precisa. Además, al subir el oxígeno administrado, en
algunos pacientes se observa una tendencia a disminuir la intensidad de su respiración con
elevación del carbónico y con aparición de cefalea y somnolencia progresiva hasta poder alcanzar
una situación peligrosa para el paciente.
¿Puedo yo mismo retirar fa oxigenoterapia?
No debe hacerlo. Si cree que no la necesita debe consultarlo con su médico y hacer las pruebas
necesarias para estar seguro y convencido de si le beneficia o no.
Siempre puede renunciar a dicho tratamiento basándose en su libertad, pero deberá firmar un
documento de alta voluntaria y quedan bajo su propia responsabilidad las consecuencias que se
puedan derivar de suprimir la oxigenoterapia.
Beneficios de la oxigenoterapia
Está demostrado que los enfermos que reciben oxigenoterapia domiciliaria de forma correcta en
tiempo y dosis:
• Viven más años y con mejor calidad de vida.
• Mejoran el sueño, estado de ánimo, el nivel de alerta y la memoria.
• Reducen el esfuerzo respiratorio.
• Disminuyen la sobrecarga y el trabajo del corazón.
• Aumentan la energía, visible en las habilidades para realizar las actividades normales.
• Reducen los ingresos hospitalarios y visitas de urgencia a los servicios de guardia.
Tipos de suministro de oxígeno
La oxigenoterapia es un tratamiento que debe ser completamente individualizado para cada paciente,
ya que cada dispositivo tiene sus características e indicaciones propias, por lo que siempre será
el médico quien la prescribe y el que indicará el tipo de suministro de oxígeno más conveniente
para los requerimientos del paciente teniendo en cuenta tanto sus determinantes propios (tipo de
enfermedad, pronóstico, actividad física, etc) como los sociales o de su entorno (condiciones del
lugar de residencia, cuidador principal, movilidad, etc).
El sistema más frecuente en nuestro país es el de concierto del sistema de salud con una empresa
que se encarga de la prestación del ser- vicio, llevando a casa del paciente el tipo de suministro
elegido y los sistemas de administración y realizando el mantenimiento adecuado con la reposición
del material, revisiones periódicas y reparaciones.
Hay unas fuentes de oxígeno estáticas, para uso sólo en el domicilio del paciente, y fuentes
portátiles, que permiten continuar la oxigeno- terapia fuera del domicilio.
Dentro de las fuentes estáticas tenemos:
— Cilindros presurizados o bombona de oxígeno.
— Concentrador de oxígeno.
— Oxígeno líquido.
Cilindros presurizados:
dispositivos metálicos que almacenan oxígeno en forma gaseosa a gran
presión por lo que se precisan manorreductores para disminuir la presión y regular el flujo
suministrado, dando un oxígeno de elevada concentración (99%). Conociendo el flujo en litros por
minuto utilizado y la presión en el cilindro podemos conocer la duración estimada de suministro.
Hay bombonas de diversos tamaños y no dependen del suministro eléctrico ni generan ruido. Requieren
reposición periódica por la empresa proveedora.
Oxígeno líquido:
En estos dispositivos encontramos oxígeno comprimido y enfriado a muy bajas
temperaturas (-183º C) con lo que se almacena en forma
líquida en un tanque o “nodriza”, que es un cilindro de unos 40 kg de peso con ruedas para poder
desplazarlo dentro del domicilio. Disponen de indicadores de carga o llenado, regulador de flujo,
conector de llenado y conector de salida y una almohadilla de condensación. Sirven de fuente
estática para el domicilio y para rellenar un pequeño recipiente llamado “mochila” como fuente
portátil. Dan elevada concentración (99%) y no dependen del suministro eléctrico ni hacen
ruido. Precisan la reposición periódica por parte de la empresa y requieren un manejo cuidadoso
para evitar la exposición al frío intenso del oxígeno líquido que puede provocar quemaduras.
Concentrador de oxígeno:
Es un aparato de unos 15-30 kg con ruedas, que funciona mediante una
reacción electroquímica que separa y concentra el oxígeno del aire ambiente en un reservorio para
su posterior administración al paciente. Suministra oxígeno en una concentración menor que los
dispositivos anteriores (sobre el 90-95%) y puede dar flujos hasta 5-10 L/m. Sólo dependen del
suministro eléctrico, por lo que no requieren frecuentes visitas para recargas, sólo las
periódicas de mantenimiento. Producen un ligero ruido. En caso de corte del suministro, algunos
tienen baterías o se proporciona al paciente una bombona de oxígeno comprimido para su uso en dicho
momento. Desde su encendido tardan unos 15 minutos en proporcionar la concentración de oxígeno
adecuada.
Dentro de las fuentes portátiles disponemos de:
— Concentrador portátil: son concentradores de pequeño tamaño que funcionan con baterías
recargadas en el domicilio, o incluso con la toma de corriente del coche, con una autonomía de
pocas horas. Suelen suministrar oxígeno hasta 3 L/m con una concentración del 90% y pueden pesar
hasta 9 kg por lo que suelen llevarse con un carrito con ruedas. Hay otros más pequeños que se
pueden llevar en bandolera, pero con menores prestaciones. Suelen estar autorizados para su uso
en aviones, pero se debe consultar siempre con la compañía aérea.
— Bombonas portátiles: de pequeño tamaño y aleación ligera, pero con una autonomía habitualmente
menor de 4 horas. Útil para salidas ocasionales del domicilio.
— Mochila de oxígeno líquido: se recarga en el tanque nodriza del domicilio, pesa unos 4-5 kg,
permite flujos de 1 a 6 L/m. A 2 L/m puede durar 6-7 horas. Siempre se deben recargar antes de su
uso, pues la carga se evapora con el tiempo.
Estos dispositivos portátiles se pueden asociar con mecanismos ahorradores de oxígeno, que son
válvulas a demanda que hacen que se libere el oxígeno no de forma continua sino sincronizado con la
inspiración y permaneciendo cerrada durante la espiración, para ello se requiere una respiración
nasal con una frecuencia respiratoria no muy elevada para que el sensor pueda coordinar la
liberación de oxígeno con la inspiración.
En otras ocasiones el médico le puede indicar junto con la oxigenoterapia otros tratamientos
respiratorios, como es el caso de la presión positiva continua con máscara nasal (CPAP) para los
pacientes con apnea del sueño (roncadores que hacen paradas respiratorias frecuentes de varios
segundos de duración durante el sueño). A otros pacientes en los que el problema es
fundamentalmente la insuficiencia respiratoria con retención del carbónico se puede recomendar el
uso de una máquina de ventilación no invasiva, frecuentemente llamada BiPAP, junto con la
oxigenoterapia.
En ambos casos, el médico y enfermero que le asiste y la empresa proveedora le explicarán como
conectar la fuente de oxígeno con los otros aparatos y los cambios oportunos de flujo de oxígeno
para cada situación.
Cuestiones de seguridad
1. No deben fumar en la habitación donde esté la fuente de oxígeno, pues si se acumula puede
favorecer la combustión, es decir, el incendio de las cosas inflamables.
2. El concentrador debe estar en una habitación bien ventilada y a cierta distancia de paredes,
cortinas y muebles para permitir un adecuado flujo del aire ambiente.
3. Es conveniente señalizar adecuadamente los lugares con fuentes de oxígeno.
4. Las fuentes de oxígeno deben estar al menos 2 metros alejadas de fuentes de calor (estufas,
radiadores).
5. No altere la cifra de flujo (litros/minuto) del concentrador sin la indicación de su médico.
6. No coloque cosas sobre el concentrador.
7. Use un único enchufe para el concentrador, no adaptadores múltiples ni con otros aparatos de
elevado consumo eléctrico.
8. La fuente de oxígeno no debe estar en la misma habitación en la que use estufas eléctricas o de
gas o cosas que puedan producir chispas (motores, máquinas de afeitar eléctricas, secadores de
pelo, etc.).
9. Se pueden usar gafas nasales mientras se ducha salvo si hay calentador con llama piloto en el
mismo baño.
10. No aplique cremas faciales a base de aceites, lacas o vaselina mientras lleve las gafas
nasales, pues el oxígeno puede facilitar su combustión.
Si tiene irritación o sequedad en los orificios nasales, use crema hidratante acuosa, con vitamina
E o crema de cacao, no productos con base oleosa.
11. Es conveniente tener un extintor en la habitación en la que esté la fuente de oxígeno.
12. Los cilindros y concentradores deben estar en posición vertical y adecuada- mente fijados para
evitar vuelcos accidentales.
13. Desconecte el oxígeno cuando no lleve las gafas nasales.
14. Evite caídas suyas y de sus familiares al tropezar con la alargadera. Llévela por encima de su
hombro o recogiéndola como una manguera.
15. Si precisa ir al WC por la noche, procure una iluminación o señalización ade- cuada y evite
colocar objetos en dicho camino con los que pueda tropezar.
16. No intente reparar los aparatos suministradores de oxígeno. Tenga a mano los teléfonos de la
empresa suministradora para que revise o repare la situa- ción con seguridad.
¿Qué hago si se acaba el oxígeno o se estropea el concentrador?
Depende de su situación:
— Si precisa el oxígeno de forma continua y su ausencia le genera una alteración importante
llame al Servicio de Urgencias de la empresa suministradora para que le lleven cuanto antes el
suministro de oxígeno. Si no puede ser, solicite traslado a un centro sanitario con suministro de
oxígeno.
— Si puede estar períodos sin oxígeno adicional de forma segura y sin alteración importante,
manténgase en reposo y llame al teléfono de la empresa suministradora del oxígeno para que lo
arreglen lo antes posible.
Recomendaciones
1. Debe conocer bien el equipo y accesorios a utilizar, forma de administración, tiempo y dosis.
2. Es fundamental cumplir el tiempo y la dosis de administración.
3. En la oxigenoterapia crónica domiciliaria se han demostrado resultaos significativos por
encima de las 16 h de uso al día de forma ininterrumpida, habitualmente incluyendo la noche, y no
con menos horas.
4. La acción de la oxigenoterapia es a largo plazo, mejorando el funcionamiento del organismo,
aunque el paciente no perciba una mejoría inmediata de sus síntomas.
5. Es conveniente mantener la oxigenoterapia mientras se realiza la higiene personal y todas las
actividades de la vida diaria que realice en su domicilio y que supongan mínimos esfuerzos.
6. No modifique la dosis (litros por minuto) por su cuenta, consulte siempre primero a su médico