La inmovilidad prolongada en posición sentada o supina puede resultar en contracturas, deformidad esquelética, úlceras en la piel y disminución de la densidad mineral ósea. Puede causar déficits en los sistemas digestivo, respiratorio y circulatorio. Esto es especialmente cierto para los niños con necesidades especiales que han disminuido la fuerza muscular, el equilibrio y los problemas de tono. Debido a que no pueden moverse o pararse independientemente, estos niños a menudo pasan más tiempo en una silla de ruedas u otro sistema de posicionamiento estático.
Tener la oportunidad de soportar peso a través de las extremidades inferiores y extender las articulaciones es crucial para mejorar los resultados de salud en esta población. Colocar a un niño con necesidades especiales en una posición erguida y de pie es el primer paso para facilitar el desarrollo óseo y muscular y mantener la amplitud de movimiento, además de fomentar un mejor funcionamiento de los sistemas internos del cuerpo. Cuando hablo a audiencias no profesionales, les cuento cómo la posición de pie beneficia a las cinco «B»: hueso, respiración, sangre, intestino/ vejiga y cerebro.
Cuanto antes puedas empezar, mejor. Los niños con discapacidades no nacen con contracturas o deformidades esqueléticas, pero éstas pueden desarrollarse con el tiempo como impedimentos secundarios. Comenzar una intervención de pie temprano ayudará a mantener el rango de movimiento de las caderas y rodillas, ciertamente minimizando la posibilidad de contracturas articulares, y también facilitando el crecimiento óseo y el desarrollo oportuno.
Con el tiempo, con el aumento de las oportunidades de estar de pie para el niño, la fuerza y el equilibrio de la parte superior e inferior del cuerpo mejorarán, así como la tolerancia general al estar de pie. Esto prepara al niño para la transición a un equipo de adaptación menos restrictivo y más móvil para ponerse de pie y caminar activamente. Esencialmente, ese es el objetivo de la intervención de bipedestación adaptativa: proporcionar oportunidades para soportar el peso que aumenten la salud general de un niño y le brinden más oportunidades de independencia y movilidad.
Bipedestador Infantil
Se recomienda una posición prona para los niños que pueden mantener el control de la cabeza. Los bipedestaciónes inclinados sostienen al niño desde la parte delantera del cuerpo en una posición de inclinación hacia adelante. Aparte del soporte de peso y la extensión de las caderas y rodillas que está ocurriendo, esta es una gran posición para el desarrollo de los músculos extensores del cuello y de la parte superior del tronco para el control postural.
Posicionamiento Terapéutico
Para mantener una posición de pie, se requiere la extensión de la rodilla y la extensión de la cadera. El equipo puede proporcionar el apoyo necesario y el control externo para que esto sea posible.
El posicionamiento terapéutico utiliza equipos adaptativos para la colocación postural del cuerpo con alineación y estabilización. El posicionamiento terapéutico no debe ser visto como un fin en sí mismo, sino como un medio para las actividades funcionales.
Reflexione cuidadosamente sobre las indicaciones y los accesorios necesarios. Proporcionar demasiado apoyo para el posicionamiento postural puede ser perjudicial, ya que los niños con necesidades especiales tienden a «depender» del apoyo que reciben en lugar de utilizar sus propias habilidades motoras para participar en la tarea. Demasiado apoyo externo, por lo tanto, puede limitar que el niño desarrolle independencia en el control postural. Por otro lado, la incitación insuficiente puede dar lugar a una mala alineación y posicionamiento del cuerpo, lo que permite una posible deformidad o dificulta la participación en la actividad. Es necesario encontrar un buen equilibrio que apoye al niño lo suficiente para mantener una buena alineación, pero no tanto como para evitar algunos movimientos independientes y permitir que se cuestionen los límites de estabilidad del cuerpo.
De esta manera, el niño puede participar en una actividad como acceder a los materiales del aula o escribir en la pizarra. La intervención de bipedestación adaptativa ciertamente ayuda a allanar el camino para la participación, pero también prepara al niño para el entrenamiento de la marcha y la movilidad, un paso más cerca de la independencia.