Una cama articulada es un tipo de cama que funciona mediante un sistema de bisagras y motores. Este sistema permite ajustar la posición del colchón y el marco de la cama, lo que resulta en una serie de posiciones personalizables. Estas camas se utilizan comúnmente en entornos hospitalarios y en hogares de cuidado, y tienen varias funciones importantes:
Posicionamiento personalizado:
Las camas articuladas permiten elevar o inclinar partes específicas del cuerpo, como la cabeza, los pies o la sección central, para lograr una posición más cómoda y de apoyo. Esto es especialmente beneficioso para personas con movilidad reducida o aquellos que necesitan cambiar de posición con frecuencia.
Alivio de la presión:
Las camas hospitalarias pueden reducir la presión sobre áreas específicas del cuerpo, lo que es crucial para pacientes que deben permanecer en cama durante largos períodos. Al cambiar la posición de la cama, se evitan úlceras por presión y se mejora la comodidad del paciente.
Facilita la asistencia médica:
Los profesionales de la salud pueden ajustar la posición de la cama para facilitar el acceso al paciente, realizar procedimientos médicos o brindar cuidados, lo que simplifica la atención médica.
Mayor comodidad:
Las camas articuladas también ofrecen una mayor comodidad para actividades como leer, ver televisión o comer en la cama, ya que los usuarios pueden ajustar la posición de la cama según sus preferencias.
Independencia: Para algunas personas, especialmente aquellas con discapacidades, las camas articuladas pueden brindar una mayor independencia al permitirles realizar ciertas acciones sin ayuda.